Testimonio de voluntaria

Fernanda

 

  • Llegué a CONIN por una amiga que tengo acá. Ella hace tiempo que trabaja en CONIN y me anoté como voluntaria por internet y después de unos meses me llamaron. Me dijeron que necesitaban alguien para el ropero y dije que sí. Yo estaba dispuesta a cualquier tipo de actividad. Tenía ganas de estar acá en el Centro y como tengo más tiempo ahora. Yo ya tengo los hijos grandes entonces me parecía importante dedicar tiempo en algún voluntariado. A mí cuando llegué me preguntaron qué quería hacer, qué tenía ganas de hacer, si tenía ganas de dar algún curso, yo les dije que estaba abierta a cualquier cosa.El ropero me encantó. Me gusta el tema de organizar y clasificar. Proveer a la gente cuando vienen a pedirte. Satisfacer las necesidades de las mamás con los chiquitos. Es muy tranquilo: estoy todo el tiempo tratando de clasificar, de ordenar para que cualquiera pueda encontrar las cosas incluso si yo no estoy. Cuando vine estaba bastante caótico todo y voy tratando de buscar ese orden. Hace un mes que estoy y me siento muy bien, las chicas (voluntarias y profesionales) son bárbaras todas.Visto de adentro las cosas se ven diferentes. Desde afuera no se palpa cuán intensivo es el trabajo. La organización puesta en cada tarea se ve solamente estando acá. Desde la comida, los bolsones y que detrás de cada trabajo hay un profesional. Cualquier detalle está puesto en cada actividad. Cada cosa se destina, se organiza y son muchos detalles detrás de un pequeño sector. Cómo se destina cada cosa es bastante minucioso todo. Yo nunca había tenido experiencia en un voluntariado pero encuentro esta como buenísima.
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